Rectorado de la Universidad de Málaga
A diferencia de los proyectos premodernos de ascendencia clasicista, hoy en día no existe ningún sistema de verificación del proceso de proyecto, lo que hace indispensable desarrollar la capacidad de reconocimiento de la forma y de los materiales de proyecto que la componen.Es necesaria por tanto una intensificación de la mirada y del juicio estético como actividad esencial y central del proyecto arquitectónico. Helio Piñón, con el ejemplo de la obra realizada en los años 50 del pasado siglo por la oficina americana SOM, argumenta la importancia que al proyectar tiene tomar conciencia de cuáles son los recursos y elementos a utilizar en el mismo.
La noción de material conduce a una idea del proyecto de arquitectura como construcción de un orden nuevo elaborado a partir de modelos o ejemplos previos, verificados empíricamente a través de la experiencia. Este concepto de proyecto arquitectónico implica entenderlo como una acción subjetiva orientada a conseguir un grado de precisión, rigor y coherencia formal en una obra dentro de un sistema estético determinado y en función del marco histórico y cultural en el que se desarrolla y al que pertenece.
Es decir, que es una praxis destinada a darle identidad a una obra como condición básica de su calidad estética. Identidad que tiene que ver tanto con su sentido o modo de orientarse en el marco histórico y cultural en el que nace y se desarrolla, como con su consistencia que define el grado de coherencia formal que un objeto adquiere dentro del sistema estético en el que se encuentra. Una coherencia que se relaciona con la precisión y el rigor con el que se proyecta la obra.
Al terminar su magnifica disertación, Helio Piñón nos dió a los profesores de Proyectos Arquitectónicos que asistimos al evento un sabio consejo: para que la enseñanza de proyectos en una Escuela sea fructífera hay que transferir la autoridad a la propia Arquitectura.
