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Las Unidades Vecinales de Absorción en Andalucía

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Las Unidades Vecinales de Absorción (UVA) surgieron como intervenciones de emergencia destinadas a erradicar el chabolismo o para actuar rápidamente en caso de inundaciones, temporales y catástrofes de importancia. Las UVA fueron un intento de reelaboración de vivienda social con el objetivo de imbricarla en una pretendida industria de prefabricación. El programa de las viviendas, distribuido en una superficie inferior a 50 m2, contenía tres dormitorios, un pequeño aseo y una estancia con cocina incorporada, lo que demuestra que las soluciones para viviendas de 55 m2 con dos dormitorios que propone alguna multinacional nórdica de muebles, además de estar ya inventadas, es posible optimizarlas y mejorarlas.

Las UVA fueron promovidas, a partir de 1963, por la Organización Sindical del Hogar y de Arquitectura (OSHA), eran actuaciones ubicadas en la periferia de las ciudades realizadas con un tipo de construcción provisional, modular, prefabricada, desmontable y transportable, ya que su vida útil debía ser de cinco años, como máximo. A pesar de las intenciones iniciales, el destino final de aquellas estructuras ligeras y provisionales fue transformarse en construcciones pesadas y definitivas, lo que las convirtió, según Sebastián Herrero, en chabolas modernas, a medio camino entre la vivienda digna y la autoconstrucción.

Las Unidades Vecinales de Absorción que se construyeron en Andalucía tuvieron algunas diferencias respecto a las UVA construidas en otros lugares de España. En primer lugar, el problema de chabolismo no era determinante por lo que la mayoría de las intervenciones andaluzas fueron destinadas a paliar los daños a damnificados por catástrofes naturales y, en segundo lugar, la relación con la prefabricación fue muy secundaria o prácticamente inexistente, salvo algunas excepciones en Córdoba y Granada. El principal objetivo que se marcaron las oficinas andaluzas de las UVA fue diseñar diferentes tipos de viviendas, muy flexibles, de manera que pudieran cubrir necesidades urgentes y que, además, se adaptaran con facilidad a las condiciones de las parcelas.Excepto en la provincia de Almería, a lo largo del territorio andaluz se construyeron cerca de diez mil albergues, proyectados en equipo por grupos de arquitectos que abarcaban, cada uno de ellos, el ámbito de una provincia. El equipo de la provincia de Jaén estuvo integrado por Luis Berges Roldán, Miguel Ángel Hernández Requejo, Manuel Millán y Ramón Pajares, con ellos también trabajaron José Luis Aranguren y Juan de Haro, pertenecientes a la oficina de Granada. En la olivarera provincia se construyeron en torno a 1.300 albergues distribuidos en las localidades de Pegalajar (70 albergues), Castillo de Locubín, Andújar, Bélmez de la Moraleda (25 albergues), Jimena, Mengíbar, Santiesteban del Puerto (30 albergues), Villanueva de la Reina, Vilches, Torres, Rus, Pozo Alcón (30 albergues), Linares, La Guardia, Huesa (50 albergues), Chilluevar, Carchelejo, Cabra de Santo Cristo (70 albergues), Alcalá la Real y Jaén capital donde, desde 1964, existen tres UVA con 130 viviendas provisionales.

Planta
baja de UVA de Castillo de Locubin (Jaén) con dos tipos de
viviendas de cuatro (A4) y tres dormitorios (B3)

 

De todas ellas destacan las actuaciones en Castillo de Locubín y Pegalajar. En la primera localidad se desarrolla un módulo conformado por dos tipos de tres y cuatro dormitorios que, agrupados en forma de esvástica, definen un cuadrado con una plaza interior a la que se accede a través de pasajes formados por las plantas altas de las ocho viviendas que componen la manzana. En Pegalajar, al existir un fuerte desnivel y ser necesario mayor número de albergues, la intervención es más compleja: el módulo de Castillo de Locubín se repite cuatro veces, agrupándose entre sí con el mismo esquema compositivo lo que permite definir una serie de calles interiores que acaban desembocando en una plaza central entre las cuatro manzanas. Este modelo de implantación se repitió en algunos pueblos granadinos.

Planta
baja de la UVA de Pegalajar (Jaén) formada con el mismo módulo ensayado en
Castillo de Locubin. Además de los tipos A4 y B3 aparece un tipo nuevo (D3) que
es un dúplex adosado de tres dormitorios

 

En la provincia de Cádiz se construyeron un número aproximado de 1.800 albergues distribuidos en las poblaciones de Algeciras, donde se hicieron 88 albergues en la UVA “La Paz”, Arcos de la Frontera con la UVA “La Paz” (60 albergues), en Barbate se instalaron 60 albergues en la UVA “Ntra. Sra. de las Nieves”, en Jerez de la Frontera se construyó la UVA “Ntra. Sra. de las Viñas” (300 albergues), en Los Barrios (24 albergues), Medina Sidonia (100 albergues), en San Roque se hizo la UVA “La Paz” (96 albergues), Tarifa (52 albergues), Villamartín (20 albergues). En la ciudad de La Línea de la Concepción se concentró el mayor número de casas provisionales de la provincia, tanto en la UVA “San Telmo” con 1.000 albergues, 20 locales comerciales y 9 edificaciones complementarias como en la UVA “El Junquillo” de 495 viviendas.
Las inundaciones de 1963 fueron las que provocaron en Córdoba la construcción de albergues para la población de los barrios más afectados de la capital. Las UVA se ubicaron en el barrio de “Las Palmeras” con 1.564 albergues y en el barrio de “Las Moreras” donde se instalaron 2.028 casas provisionales. Los arquitectos, Rafael de la Hoz y Gerardo Olivares, optaron por un tipo de prefabricación ligera, basada en un módulo cuadrado de un metro, motivo de la composición constructiva y formal de todo el barrio. Una operación que constituyó una de las pocas y mejor conseguidas experiencias de prefabricación que se realizaron en las UVA de Andalucía. En la provincia de Córdoba, también participó, llevando la dirección de obra de la UVA de Benamejí, el arquitecto José Rebollo.
Vista de un pasaje de la UVA de Fuente Vaqueros (Granada).
El esquema de ordenación es el mismo que el empleado en las UVAs de Pegalajar y Castillo de Locubin (Jaén).

En Málaga, las viviendas provisionales instaladas en la provincia se cifraron en torno a 569 unidades. Como ocurrió en el resto de las provincias andaluzas la mayoría de los albergues se ejecutaron con un sistema constructivo permanente, es el caso de las UVA de “Los Asperones” en Málaga y la “Cruz de San Roque” en Alhaurín el Grande. En otros lugares, el sistema fue transportable aunque no prefabricado, como en las UVA de Almogía, Álora y Cártama. En Antequera se construyó la UVA más grande de la provincia malagueña con 206 albergues y 10 locales comerciales.

En la provincia de Sevilla se instalaron unos 1.000 albergues provisionales ubicados en las localidades de Utrera donde se construyó la UVA “La Coronación” (60 albergues), en Brenes la UVA “San Sebastián” (100 albergues), en Dos Hermanas se hizo la UVA “Ntra. Sra. de la Victoria” (40 albergues), en Écija la UVA “Beato Francisco Díaz” con 148 albergues y en Carmona la UVA “Guadajoz” que, con 306 albergues, 6 locales y 3 edificaciones complementarias, fue la más importante de la provincia.

Vista
de la plaza interior definida por los tipos A4 y B3 de las UVA construidas en 
Pegalajar, Castillo de Locubin (Jaén), Fuente Vaqueros, Chauchina, Huéscar, Pinos
Puente y Montefrío (Granada)


Granada fue otra de las provincias andaluzas donde se ensayaron técnicas constructivas de prefabricación. En los municipios de Cenes, Hernán Valle, Moraleda de Zafayona, y en las tres UVA de Castril: “Virgen de Fátima” (30 albergues), “Fuente Vera” (70 albergues) y “Almontaras” (50 albergues), se desarrolló un tipo de tres dormitorios basado en módulos prefabricados de la firma “Elorza”. Estas piezas permitían la composición de elementos cada dos viviendas que, unidas entre sí, dos a dos, daban un módulo de cuatro viviendas-casa que, combinado de manera adecuada, fue utilizado para la ordenación general del conjunto permitiendo generar pequeñas plazas y calles interiores.

Sin embargo, la experiencia más coherente e innovadora de prefabricación con estructuras ligeras modulares se realizó en 1965 en la UVA “Huerta de la Virgencica” de Granada. Esta unidad consistió en un grupo de 916 viviendas, ejecutadas en diez meses, y destinadas a resolver un problema de alojamiento, provocado por daños de lluvias torrenciales a familias granadinas que habitaban en cuevas.  

Planta
general de la UVA “Huerta de la Virgencica” en Granada, 1965

 

Para el tipo de vivienda se adoptó el prototipo EXA, desarrollado por el Instituto Nacional de la Vivienda y basado en un módulo hexagonal en cuyo interior se distribuía una vivienda de 37,50 m2 completada con un patio hexagonal compartido. La geometría del módulo permitió explorar posibilidades de agregación y sustracción basadas en las propiedades de modulación y división inherentes a la figura del hexágono. La célula tipo, repetida, constituyó el tejido de la nueva agrupación urbana, generando la forma de toda la intervención. Los módulos se iban adaptando, con muy pocas variaciones, a la topografía y se suprimían para definir la red de circulación que recorría, orgánicamente, toda la ordenación; ramificándose para definir calles, plazas, rincones…, creando un nuevo e insospechado paisaje. La UVA de Granada fue una propuesta ejemplar en la que, no sólo se ensayan algunos conceptos de crecimiento de la ciudad horizontal de Hilberseimer o de Diotallevi, Marescotti y Pagano, sino que anticipa los conceptos de autosimilaridad fractal de Koch o Mandelbrot, tan utilizados por los suizos Herzog & de Meuron, entre otros.


Los arquitectos de esta UVA fueron: Luis Labiano, Santiago de la Fuente, Cruz López, Miguel Seisdedos y Antonio Vallejo, además de José Luis Aranguren que trabajó en la oficina de Granada junto con: Juan de Haro, Carlos Pfeifer, José Pulido y Ambrosio del Valle. Juntos proyectaron otras Unidades Vecinales de Absorción en las localidades de Chauchina (41 albergues), Fuente Vaqueros, Huéscar, Montefrío y Pinos Puente, en todas ellas el tipo de vivienda y la ordenación fue similar a la realizada en las poblaciones giennenses de Pegalajar y Castillo de Locubín. A las UVA citadas hay que añadir “Fuente de Cesna” en Algarinejo con 200 albergues, la construida en Santa Fe (32 albergues) y las UVA de Ventas de Huelma, Peligros, Arenas del Rey, Alomartes, Benamaurel y Huéscar, que completan los 1.339 albergues construidos en la provincia.

A pesar de los intentos de reelaborar la vivienda social por medio de su industrialización y estandarización, la política de gestión del suelo y el nulo desarrollo de la prefabricación en aquel momento, condenaron al fracaso el experimento de las UVA, dejando de implantarse a finales de 1969.

Cincuenta años después, las mismas ideas y principios planteados por aquellos arquitectos: distribución de vivienda mínima, prefabricación, estructuras ligeras, modularidad, puesta en obra, transporte…, aparecen revisitados y envueltos en celofán en las, aparentemente novedosas, soluciones habitacionales y distributivas que proponen algunas empresas nórdicas de mobiliario como ejemplo de la forma más eficaz, moderna y posible de habitar en sólo 55 m2. Las investigaciones y resultados arquitectónicos alcanzados en algunas UVA, en lo referente a tipos habitacionales con programas muy reducidos son, todavía hoy en día, una innovadora aportación y un valioso material de referencia a seguir cuando hay que proyectar los nuevos modelos de viviendas adaptadas a las necesidades y formas de vida actuales.

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Cómo citar:

Quesada-García, S. (2020). Las unidades vecinales de absorción. Un laboratorio experimental de vivienda social en Andalucía (1963-1969). Hasta el tuétano, 5, 106-110 ISSN: 2695-5997

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https://hdl.handle.net/11441/104688