Doce viviendas de protección oficial en Fuerte del Rey (Jaén)
Wu wei es el término con el que se denomina en chino al concepto “hacer no haciendo“. Significa ponerse en disposición para que algo pueda hacerse por mediación propia, pero sin hacerlo directamente sino creando las condiciones para que comience, se desarrolle o termine. En un momento como el actual, de crisis, cuando no existen concepciones absolutas sobre los lugares, tras unos frenéticos años en los que ha surgido una arquitectura espectáculo que aparecía el territorio sin estar, sin ser, sin lógica… cuando se ha sustituido la esencia por la apariencia y fracasa la razón, parece que el método trazado por algunos arquitectos que trabajaron en la década de los cincuenta como Coderch, Sota, Fernández del Amo, Sostres, García de Paredes… indica un camino. No sólo por la calidad de sus obras sino por su actitud ante la profesión y la arquitectura. Una labor desarrollada en el silencio del
estudio, en la emoción de construir, en la lucha diaria con los problemas.
La atención al lugar, al programa y a la materia de construcción son reflejo del realismo duro con el que esos arquitectos se enfrentan a su época. Su forma de entender y representar la realidad a través del proyecto, manteniendo un equilibrio y tensión entre ambos, propuso una vía que, alejada de dogmatismos y con los mecanismos de la propia disciplina, les permitió realizar una arquitectura como expresión de la belleza. “No hacer Arquitectura es un camino para hacerla y todos cuantos no la hagamos habremos hecho más por ella que los que, aprendida, la siguen haciendo”, mantenía Alejandro de la Sota.
Con esa misma tensión entre realidad y proyecto, tomando como modelo de imitación la obra y actitud aquellos arquitectos, hemos abordado la construcción de doce viviendas sociales en el interior de un solar cuadrado con una sola fachada a la calle y tres medianeras.
Como alternativa a la manzana cerrada con patio interior que proponía el planeamiento, se ha planteado construir dos bloques independientes, contrapeados y adosados cada uno de ellos a una medianera diferente. Esa opción permite dotar a todas las viviendas con tres orientaciones diferentes, obteniendo el soleamiento y la ventilación adecuados, además de la consiguiente eficiencia energética. La posición de los bloques provoca la aparición de varios espacios al aire libre que facilitan el desarrollo de una vida social y comunitaria de sus habitantes aportando un valor añadido en el habitar de estas viviendas.
Las doce casas, distribuidas a razón de seis por bloque, están contrapeadas en altura y enlazadas por una pasarela-puente-escalera que, a modo de filtro, segrega el patio intermedio en varios espacios: el primero de geometría cuadrada actúa como zaguán o vestíbulo público, el segundo es un patio rectangular de mayores dimensiones, resguardado del sol y que, elevado sobre el anterior, sirve de estancia, uso y disfrute colectivo.
La calle, el puente, el camino, llegan hasta la última casa del edificio. La escalera y la galería de distribución es una especie de artería, prolongación del espacio exterior que recorre todo el edificio y conecta de forma natural el espacio público con el pequeño zaguán de ingreso a cada una de las viviendas. El pasillo-corredor ya no es un simple distribuidor sino un elemento de apropiación del espacio colectivo, una ampliación de las casas, un lugar más donde poder morar y habitar. Un camino que va recorriendo diferentes espacios: portales, terrazas, balcones… hasta llegar a la azotea, lugar donde se tiende la ropa o se hacen fiestas en las calurosas noches del estío.
Espacios sin techo o parcialmente cubiertos, lugares ambiguos donde se establecen relaciones entre personas de edad y cultura diferentes. Sitios donde beneficiarse de la brisa de la tarde, sentarse en las noches y desde los cuales poder aprehender el paisaje en el que se sitúa el propio edificio. Insólitas asociaciones entre interior y exterior, con vistas y relaciones cruzadas, visiones diagonales que permiten a la mirada alejarse… elementos básicos en la composición de estas viviendas.
En la sensación de pasar de un espacio a otro, en la diferente calidad de la luz, en los patios y estancias de las casas, en la penumbra, en los materiales que definen los diferentes lugares, es donde se encuentra la riqueza y el valor añadido de la arquitectura en este edificio.
Valencia 2012
PREMIOS
PRIMER PREMIO en el concurso para doce viviendas de VPO en Fuerte del Rey (Jaén). Junta de Andalucía, 1997
LIBROS
Doce viviendas de promoción pública en Fuerte del Rey, Propuestas de equipos adjudicatarios, 1998, Sevilla: Junta de Andalucía.
REVISTAS
La vibración de la luz, Construcción y Tecnología, nº 261, 2010, México D.F.: IMCYC. descargar
Doce viviendas en Fuerte del Rey, VPOR2 Revista de Vivienda, 2012, Valencia, IVE